Comentario
Capítulo siete
Del modo que tenían los mercaderes en hazer banquetes
Cuando alguno de los mercaderes y tratantes tenía ya caudal y presumía de ser rico, hazía una fiesta o banquete a todos los mercaderes principales y señores, porque tenía por cosa de menos valor murirse sin hazer algún espléndido gasto para dar lustre a su persona y gracias a los dioses que se lo havían dado, y contento a sus parientes y amigos, en especial a los principales que regían a todos los mercaderes. Con este propósito començava a comprar todo lo necessario que se havía de gastar en la fiesta que tenía intento de hazer. Primeramente comprava mucho cacao, y también aquella especie muy oloros[a] que se llama teunacaztli o ueinacaztli, la cual molida se beve con el cacao, y otras especies que molidas se beven con el cacao. Comprava también muchas gallinas y gallos de papada, y mucha loça, toda la que era menester para servicio de la comida, y también chiquihuites de muchas maneras, y xícaras de barro para bever, y palos para rebolver el cacao, y mucha leña para guisar la comida, y cañas de maíz o otras cañas que se llaman tlachinolácatl para cozer los tamales. Todo esto lo juntava en su casa.
Después de haver comprado y juntado todo lo necessario, luego dava noticia de este banquete a sus parientes y amigos, viejos y viejas, para que le ayudassen con sus personas a servir el banquete. También dava noticia y combidava a los cantores y dançadores del areito, y buscava por el arte adivinatoria, preguntando a los maestros de este arte que le dixessen cuál día sería próspero para exercitar este combite.
De esta manera se disponían y aparejavan antiguamente los que havían de hazer banquete o fiesta. Primeramente escoxían personas muy avisadas y cuerdas y prudentes y diligentes y bien criados y bien hablados y recios y bien dispuestos y de buena aparencia, no cobardes ni temerosos, hombres hábiles, de buen entendimiento. No se buscava gente baxa para este negocio sino gente noble y cortesana, los cuales havían de disponer y distribuir y repartir las flores y la comida y la bevida, y havían de recebir y aposentar a todos los combidados.
Y cuando davan las cañas de humo, tomavan la caña en la mano derecha, no por la caña que estava descubierta, sino por la parte que estava cubierta con el carbón; y en la mano izquierda llevavan el plato sobre que se havía de poner la caña que se llama yiecáxitl. Primeramente davan la caña, y hablavan al que la tomava, diziéndole: "Señor mío, veis aquí esta caña de perfumes." Y el otro la tomava y la ponía entre los dedos, y la començava a chupar. Esta cortesía que se hazía, y esta manera de criança, retraía la manera de tomar y tirar los dardos que usavan tirar en la guerra; con aquel aire y ademán que se usava en tirar los dardos en la guerra se dava y tomava la caña de perfumes. Y el plato retraía a la rodela que se traía en la mano izquierda. Llevavan el plato de canto, de la manera que anda la rodela en la mano izquierda. Y ansí le ponían delante el principal a quien le davan, o ora fuesse tlacatéccatl, o ora tlacochcálcatl, o ora atempanécatl, y los demás principales que se llamavan cuauhyacame o pipilti, y todos los demás combidados.
Después de esto, dánseles flores. Lleva la flor en la mano derecha, que se llama chimalxúchitl, y en la izquierda otra que se llama cuauhxúchitl. Y lleva aquélla en la mano derecha porque el que la ha de tomar tiene frontera su mano izquierda, y tomávala como si fuesse rodela en la mano izquierda; y la otra que lleva la mano izquierda viene enfrente de la mano derecha, y tómala como quien toma espada.
Tras esto llevan luego la comida, y llevan en la mano derecha el plato que se llama molcáxitl, en que lleva carne guisada con chilli. No le toma por la orilla, sino llévanle en el medio de la mano; y en la mano izquierda lleva un chiquí[ui]tl lleno de tamales. No le lleva travado por la orilla sino en medio de la palma. Luego, tras esto, sirven el cacao, que es lo postrero. En la mano derecha lleva la xícara, que se llama ayotectli; no la toca en la orilla sino en la palma. Y el palo para rebolver el cacao, y también el rodeo para sentar la xícara, llévalo en la mano izquierda. Esto davan a los principales y señores, pero a los demás sirvíanlos con xícaras de barro.